Y lo he pensado miles.
Sonrisas de Chocolate
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23/6/15
18/6/14
Trastorno obsesivo compulsivo.
La primera vez que la vi, todo en mi cabeza de quedó en silencio. Todos los tics, todas las imágenes simplemente desparecieron. Cuando tienes un trastorno obsesivo compulsivo, no tienes momentos de tranquilidad. Incluso en cama estoy pensando, ¿cerré la puerta? si, ¿me lavé las manos? sí, ¿cerré la puerta? sí, ¿me lavé las manos? sí. Pero cuando la vi, la única cosa en la que podía pensar era la curva de sus labios, o la pestaña en su mejilla, la pestaña en su mejilla, la pestaña en su mejilla. Sabía que tenía que hablarle. La invité a salir seis veces, en 30 segundos. Dijo que sí a la tercera, pero ninguna me pareció o suficientemente buena, así que tuve que repetirlo. En nuestra primera cita pasé más tiempo organizando mi comida por colores que comiendo o hablando con ella. Pero le encantó. Le encantó que tuviera que besarla dieciséis veces para despedirme o veinticuatro si era miércoles. Le encantaba que tardara una eternidad en llegar a casa porque había un montón de grietas en la acera. Cuando empezamos a vivir juntos, dijo que se sentía segura, como si nadie pudiera robarnos porque yo, definitivamente, cerraba la puerta dieciocho veces. Siempre le miraba la boca cuando hablaba, cuando hablaba, cuando hablaba, cuando hablaba. Cuando decía que me quería, su boca se curvaba en los bordes. Por la noche, se acostaba en cama y me miraba apagar y encender las luces una y otra vez. Cerraba los ojos e imaginaba que los días y las noches estaban pasando por delante de ella. Algunas mañanas empezaba a darle besos de despedida, pero ella se marchaba porque la hacía llegar tarde al trabajo. Cuando me paré en una grieta en la acera, ella siguió caminando. Cuando me dijo que me amaba su boca era una línea recta. Me dijo que le estaba quitando demasiado tiempo. La semana pasada empezó a dormir en casa de su madre. Me dijo que no debería haberme dejado aferrarme tanto a ella, que todo había sido un error. Pero, ¿cómo puede haber sido un error si no tengo que lavarme las manos después de tocarla?. El amor no es un error. Está matándome que ella pueda huir de esto y yo no. No puedo salir y encontrar a alguien nuevo, porque siempre pienso en ella. Normalmente, cuando me obsesiono con las cosas, veo gérmenes escondiéndose dentro de mi piel. Me veo aplastado por una sucesión interminable de coches.... Y ella fue la primera cosa preciosa con la que me obsesioné. Quiero despertar cada mañana pensando en la manera en que ella sostiene el volante, cómo mueve el grifo de la ducha como si estuviera abriendo una caja fuerte, cómo sopla las velas, sopla las velas. sopla las velas, sopla las velas, sopla las velas. Ahora sólo pienso en quién más la besa. No puedo respirar porque él sólo la besa una vez; no le importa si es perfecto. La quiero de vuelta.. tanto que dejo la puerta abierta, dejo las luces encendidas.
https://www.youtube.com/watch?v=xWLDGAuNs2Y
https://www.youtube.com/watch?v=xWLDGAuNs2Y
Era preciosa.
No era preciosa por tener unos ojos bonitos o una sonrisa perfecta. Tampoco era preciosa por usar una 90-60-90, ni por medir 1'70. No era preciosa por llevar ropa de marca, por usar perfumes carísimos o por sacarse 500 fotos todos los días. No, ella no era esa clase de preciosa.

12/5/13
El mejor del mundo.

Sí, papi, te echo de menos.
17/3/13
Adiós.
Miles de personas entran en tu vida. De esas, un par de
cientos se quedan. Y de ese par de cientos, sólo se convierte en imprescindible
un pequeño puñado.
Dependiendo de la persona, el puñado puede estar formado por
tu familia; tus padres, tus hermanos, tus abuelos... o por tus amigos. Pero no
cualquier clase de amigos, sino los que son importantes de verdad. . Los que te
escuchan aunque no te calles. Los que te conocen mejor que tú mismo, los que
saben hacerte reír cuando estás triste
y, cuando no, también. Los que pondrían la mano en el fuego por ti, aunque
supieran que se van a quemar. Sí, estoy hablando de los amigos que hacen que la
vida sea un poco menos puta.
¿Y sabes qué pasa? Que a veces esos amigos se van.
En algunos casos, se van porque quieren, porque llegó el
momento de que se acabe vuestra amistad. En otros, se van sin poderlo evitar; porque se
mudan, porque empiezan a preocuparse por cosas diferentes o porque hacen amigos
nuevos.

Y es entonces cuando lloras. Porque duele. Duele mucho.
Duele saber que se acabaron las risas, las conversaciones y las tonterías
juntos. Duele saber que ya no vas a poder llamarlos para ir a tomar un café.
Duele saber que en tu cumpleaños no tienes que poner un plato para ellos en la
mesa, porque ya no van a estar para tirarte de las orejas.
Duele echarlos de menos.
Pero el dolor pasa, y se convierte en recuerdos. Recuerdos
grandes, recuerdos pequeños, recuerdos graciosos, recuerdos serios, recuerdos
bonitos y recuerdos no tan bonitos. Pero todos especiales, al fin y al cabo,
porque los recuerdos son esa persona.
Los recuerdos en tu cabeza, y en las cabezas de todos los que la
conocían, es lo que queda de ella.
Y por eso no quiero que estés triste. Es normal que te
preguntes "¿por qué ella?" "¿por qué él?". Es normal que
estés enfadada, o enfadado. Es normal que quieras llorar, gritar, patalear, o
intentar cambiar las cosas. Y lo que más daño te hace, es que no puedes. Por
eso sé que cuando te pido que no estés triste, te estoy pidiendo mucho. Pero
piensa que cuando alguien se va, no quiere ser un recuerdo triste, lleno de
lágrimas, sino una sonrisa en tu cara. Una sonrisa de las grandes, de las que
van de oreja a oreja, enseñando los dientes. Una sonrisa de las que significan
"te echo de menos porque me hacías feliz".
21/1/12
26/12/11
15/10/11
:D
Quiero aprender a dibujar tus sonrisas, a tener el poder de hacerte volar y de que te sientas bien solo con mirarme. Quiero aprender a ser cada banco, cada árbol y cada cosa que veas, a provocar que te tiemblen las piernas cuando me acerco y a que mi nombre ocupe todas tus libretas. Quiero aprender a que me eches de menos y a que te mueras por besarme, y quiero aprender a ser esa a la que te recuerdan todas las canciones.

Quiero aprender y quiero que me enseñes tú porque sabes hacerlo y parece que ni siquiera te esfuerzas.

Quiero aprender y quiero que me enseñes tú porque sabes hacerlo y parece que ni siquiera te esfuerzas.
16/9/11
Lo sé...
que te pones nerviosa cuando lo ves, que matarías por un "te quiero" de su boca, que eres feliz con que te pida que le aguantes su chaqueta, que te alegra el día verlo aunque sea de lejos, que adoras que te abrace para que llegue la noche y huelas a él, que recuerdas todos y cada uno de los momentos y conversaciones que compartisteis, que pasas las horas esperando a que te mande un mensaje, que te pones celosa cuando está con otras, que llega con que esté cerca de ti para que sonrías, que cualquier canción te recuerda a él, que se lo darías todo y que es tu mundo.
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